Adopta una visión holística de tu verdad y solo entonces comprenderás por qué te estás mintiendo. Te enfrentas a una realidad triste, rota, que te duele, una realidad lúgubre cual desván de los recuerdos, y todo por un puro conformismo mal pagado. Te resignas a lo que te ha tocado vivir, llamas sueños a las aspiraciones, y esa es la peor de tus mentiras, te estás conformando con lo posible.
Tu verdad está hecha añicos, tú mismo la cortaste con las tijeras del autoengaño y ahora es tarea difícil encontrar un pedazo entero de realidad. Te mientes porque lo necesitas, porque así consigues conformarte con tu rutina redundante, porque no tienes el suficiente coraje como para asumir que el único que tiene derecho y elección sobre tu vida eres tú, porque es más fácil incluir la palabra "culpa" en el diccionario de las excusas, a aceptar que eres responsables de ti mismo. Quizás el fracaso es una palabra que a nadie nos gusta pronunciar, mucho menos saborear, y por eso recurres a aquello que te exime de toda responsabilidad: Los "peros". Esa, esa droga es la que te está matando, ese es tu verdadero problema.